A veces busco el paraíso donde no es posible encontrarlo, paso horas mirando al horizonte buscando barcos que me traigan la libertad, pero es inútil, el paraíso de mi libertad está en mi Cabo Leeuwin.
Aquí tengo mi cabaña, mi hambre, tengo un mar desconocido del que a fuerza de notarlo sobre mi piel se ha hecho mío. Tengo peces, pájaros, tengo bayas silvestres, y cuando la marea lo estima oportuno, tengo mis playas llenas de tesoros.
Hoy mi hambre y yo hemos descubierto un nido en la arena, hoy el paraíso es tridimensional y cabe dentro de un huevo de tortuga.
Anne.
Disfruto con tu evolución, Anne, aunque a veces me desconciertes.
¿Buscabas barcos que te traigan la libertad? A veces es difícil ser consecuente, ¿verdad?
Lo mejor es reconocer y admitir las muchas aristas que todo, y nosotros, tenemos.
Hoy descubro de ti, por ejemplo, que empiezaste a ver las aves de otra manera.
¿Me equivoco?
Salud, suerte y gracias.
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