Los inviernos en las islas son menos inviernos, son como habitaciones caldeadas desde el suelo.
Y aunque reconozco no estar preparada para el frío, confieso que su ausencia me pone las cosas más fáciles. No tengo que preocuparme por el aislamiento térmico de mi cabaña, ni por la ropa de abrigo de la cual no dispongo.
Hoy se acabó el problema. Ahora ya es primavera.
Anne