Regalos de marea…
Mi eterno Leitmotiv, mi plegaria más recurrente, mi mayor preocupación una vez que la comida está asegurada. Y claro, al final, tanto pedir tanto pedir, la providencia ha hecho de las suyas diciendo:
- ¿Quieres regalos de marea?
- Pues toma.
Ahora me queda por delante una tarea ingente:
- Buscar mis botas de invierno (para pisar sin peligro)
- Separar los objetos útiles de la madera ( más útil todavía)
- Recoger los metales oxidados y enterrarlos
- Convencer a la Pandilla Noé para que se queden lejos del «regalo de marea»
- Devolver los objetos flotantes al mar ( quizás mis vecinos de Playa Vecinos los necesiten)
- Convencer a Elefante Magneto de que él está incluido en la Pandilla Noé
- Buscar libros. Secarlos. Este punto es el nº 1.
- ….
Me gusta imaginar que hay mil tesoros entre lo que podría parecer un vertedero. Mil secretos que han viajado con la marea y que gracias a la luna han llegado hasta Cabo Leeuwin. Mil opciones. Mil posibilidades.
Anne
Van Rap:
Es verdad!!! Mis guantes…¿sabes donde están?
Creo que te conoces Cabo Leeuwin mejor que yo. Toda una proeza.
Mil gracias.
Anne
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Estimada Anne.
Celebro que tu instinto de supervivencia se sobreponga a la angustia de ver una de tus playas con lo que parece la primera marea tras un tsunami.
Botas de invierno… y unos guantes, que si no recuerdo mal por ahí deben andar.
Te preparo un menú energético para la próxima botella, porque creo que te va a hacer falta (perdón, sé que siempre te hace falta)
Salud, suerte y precaución, Anne
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