Después de una tormenta todos y cada uno de mis objetos están mojados, así que tan pronto como cesa la lluvia y el sol se hace un hueco en el cielo, los alrededores de la cabaña se convierten en un inmenso secadero al aire libre.
Mi vela de mesana está dedicada a proteger eso-que-yo-llamo-colchón, por lo que los libros que encontré en Cueva Luminosa se convierten en pasto de las goteras.
Como a los hongos bibliófagos les gusta el sol, no me queda otra opción que tender los libros…a la sombra.
Anne ( después de las tormentas)
Matias:
El sauce llorón tan precioso como incompatible con las construcciones humanas, ya que acaba haciendo desastres con sus raíces.
Sabes, nunca he visto una araucana….creo que no crecen por estos lares.
🙂
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Me gustaría el sauce llorón pero ese ya lo elegiste vos. Hace un tiempo, viajando por una ruta pegada a la cordillera, vi unas araucarias muy bonitas. No estaría mal esa opción.
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Matias:
Me gusta creer que somos árboles en lugar de pensar que somos solo polvo.
Yo me pido ser un sauce llorón o un chopo muy grande. ¿Y tu? ¿Qué árbol eres?
Saludos,
Anne
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Catalina:
Si, las hojas de los libros se curvan como si hubieran llevado rulos durante horas, como si las hojas llenas de letras quisieran hacerse la permanente para lucir tirabuzones 🙂
Pero que le vamos a hacer, más valen hojas rizadas que hojas en blanco.
Saludos,
Anne
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Van Rap:
Me alegro de que ya abordo puedas encontrar fácilmente las botellas.
Creo que se ha creado una corriente de agua entre Cabo Leeuwin y el GdC que permite el transporte meteórico de botellas 🙂
Nota: Los botes del GdC no son para la toma de muestras jijiji, son contenedores diseñados para el transporte de comida….
Anne
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He avistado muchas islas en estos últimos días pero ninguna era Cabo Leeuwin. Lo supe porque no percibía la magia de tu isla, la que impregna a tu árbol, que merece una mirada de Antonio López.
Respiro tranquilo ahora que, acercándome a Lanzarote, la mar encalma algo y vuelvo a divisar tus botellas, flotando saltarinas entre las olas.
Salud, suerte y literatura, Anne.
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¿Que no se les ponen las hojas crespas a los libros cuando se secan al aire libre? Cuidado. Salutes.
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De árbol somos y al árbol vamos…
Queda lindo el arbolito con sus hijos.
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