Día 256: Dios existe y ha visitado Cabo Leeuwin

Regalo de marea fresco

Después de una noche infernal en la que el hambre me ha provocado sueños delirantes, me he despertado antes de lo previsto y he pensado que un baño ( antes de la salida del sol) podía ayudarme a recobrar el sentido.

A pocos metros de la cabaña de verano he visto ésto…..

Estaba claro que el sueño seguía vivo, que no me había despertado. Media vuelta. Sería mejor. Justo antes de tumbarme de nuevo he pisado a Wilmer, mi erizo, y el dolor ha sido tan fuerte que me ha hecho dudar.

Dolor, dolor punzante. Dolor continuo.

Me he levantado de nuevo y la bandeja estaba allí. Adios dolor. Sólo llanto.

He empezado por el queso, luego los pepinillos,…..et depuis ce matin ma nouvelle langue est le française.

Madame Anne de Leeuwin.

10 comentarios en “Día 256: Dios existe y ha visitado Cabo Leeuwin

  1. Van Rap:

    Siiiii, croquetas de rabo de toro con gírgolas ummmm.

    Pues no, no me llegaron, estuve sentada esperando durante 4 días con un babero puesto y las manos libres de arena para dar buena cuenta de ellas pero….no….no llegaron.

    :_(

    Anne

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  2. Van Rap:

    Me faltaba la botella de vino blanco (afrutado) pero bueno, el regalo fue más que bienvenido. No puedo pedir más ya que los dioses no suelen ser tan dadivosos con los naúfragos.

    Oyeeee, espero una botella con esas croquetas de …. ( ya no me acuerdo de que eran….aquellas para un dios hambriento).

    Saludos,

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  3. Opíparo picnic, Anne. Después de la magia de la apnea, qué mejor que la magia de Cabo Leeuwin y sus siempre sorprendentes regalos…

    Lástima una botellita de vino para acompañar las viandas.

    Salud y buen provecho, Anne

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