Y por fin y de nuevo llega el viento, y como el viento hay que escucharlo además de sentirlo, decido construir un carillón.
Y uso conchas y guijarros que el mar ha ido vomitando sobre las arenas de Cabo Leeuwin, y les hago pequeños agujeros para pasar un sedal, y los voy colocando uno tras otro buscando el sonido más que la belleza.
Mi carillón espera la llegada del viento, con la misma ilusión que yo espero la llegada de las botellas de comida desde la otra punta del universo en movimiento.
Y es que en días como hoy, mi traductor de viento empieza a temblar, lo hace poco a poco, sin emitir sonidos, una vibración se va trasmitiendo por cada una de sus piezas hasta que por fin llega la música que me habla de otros mares, de otras islas, me habla de los pájaros que vuelan a su lado, me habla de perfumes de hogueras, me cuenta que el final del verano está a punto de llegar, que pronto vendrá la oscuridad y el frío y las costumbres sanas propias del otoño, del invierno y de la primavera.
Feliz viento 🙂
Ahhhh.
El tabouleh ….qué geniallllllll.
Muchas gracias.
Esperando la botella
Sí.
Si.
🙂
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Van Rap:
Lo de la batidora es muy gráfico. Imagino que el interior del barco con mala mar debe ser como un terremoto continúo.
Qué mareo !!!
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Pues yo amo el viento, Anne, aunque a veces se conchabe con la mar y convierta mi vida en una batidora.
Para celebrarlo te envío una botella con un poco de tabouleh. Cómetelo antes de que llegue el viento. El cus cús y la arena se separan mal.
Salud y barlovento, siempre.
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F.J.
Disfruta pues mientras puedas jijiji.
La ventaja de vivir en un lugar como Cabo Leeuwin es que la «dolce far niente» no termina nunca.
🙂
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Tiempo libre que se termina en breves, pero bien aprovechado apartando algas de los pies… Jajaja
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F.J.
Esta claro que tu zona (ese lugar con productos alimenticios que desconozco) esta regida por otro clima más caluroso. Te vas de C. a «X» y el calor no te abandona jijiji.
Algas y olas…no puedes quejarte….es sinónimo de tiempo libre 😉
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Sigues teniendo fe en la pronta llegada del otoño y su refrescar… Por mi zona, ese viendo de que hablas solo me ha traido algas y olas gigantes a lo que iba a ser un baño apacible en la playa…
El viento… ¡¡Pa su casa!!
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