Con una magnífica sobredosis de calorías, repleta de triptófano,con el potasio y el magnesio por las nubes, hoy mi cuerpo se ha levantado como si todo mereciese la pena.
Hoy no me duele nada ni tampoco tengo razones para quejarme. No hay sol, las nubes de color gris acero se han extendido por un cielo de tormenta, que convierte el mar en un espectáculo salvaje de color verde turquesa.
Pronto caerá la lluvia y yo no haré nada por evitarla. Me quedaré sentada en las rocas y aprovecharé la temperatura impropia de esta época para desembarazarme de mi vestido vela de mesana.
Quizás decida nadar entre las olas que esperan el agua de nube como elixir de agua de nube. Y tal vez no haga nada de eso y me dedique a sentir el pelo mojado y el viento pegajoso, y la variedad de ruidos que emiten los miembros de la pandilla Noé que todavía duermen sobre la arena después del festín amarillento.
Anne