Siempre me llama la atención que una isla como ésta pueda tener un paisaje interior como el que tiene. Una jungla tan salvaje como reducida, un trozo de otro lugar colocado en medio de Cabo Leeuwin.
Aquí as playas desiertas dejan paso a una vegetación exuberante, en la que el silencio es un personaje mudo, un espectador que busca restos de fauna entre la maleza.
Ya ni siquiera la pantera nebulosa corretea a escondidas ….
Pero hoy, justamente hoy, me he adentrado en la barrera verde ( así la llamo) y he sabido que pronto llegará el frío, un frío entre comillas que hará de mi paraíso un lugar menos habitable. Se irá la luz, bajarán las temperaturas y con ellas se irán las ganas de leer al aire libre, de pasar las noches mirando las estrellas desde Playa Sillón….
(Nota mental del autor: ¿Siempre quejándome del verano+calor y ahora me preocupa el frío? )
Anne