Con una magnífica sobredosis de calorías, repleta de triptófano,con el potasio y el magnesio por las nubes, hoy mi cuerpo se ha levantado como si todo mereciese la pena.
Hoy no me duele nada ni tampoco tengo razones para quejarme. No hay sol, las nubes de color gris acero se han extendido por un cielo de tormenta, que convierte el mar en un espectáculo salvaje de color verde turquesa.
Pronto caerá la lluvia y yo no haré nada por evitarla. Me quedaré sentada en las rocas y aprovecharé la temperatura impropia de esta época para desembarazarme de mi vestido vela de mesana.
Quizás decida nadar entre las olas que esperan el agua de nube como elixir de agua de nube. Y tal vez no haga nada de eso y me dedique a sentir el pelo mojado y el viento pegajoso, y la variedad de ruidos que emiten los miembros de la pandilla Noé que todavía duermen sobre la arena después del festín amarillento.
Anne
Ya sabes. … los marinos siempre acabamos yéndonos… pero siempre acabamos volviendo. …
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Van Rap:
Cuento contigo para estar ahí en las 400 próximas aventuras en Cabo Leeuwin.
Un saludo y feliz estancia en tierra firme.
🙂
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Tu imagen me hace viajar en el tiempo y recordar mi infancia,las borrascas de Septiembre, los chubascos metido hasta la barbilla en la mar aún caliente.
Esperando los siguientes cuatrocientos, y que ellos sean tu felicidad.
Salud y futuro para Cabo Leeuwin, Anne
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Moni:
Sí. Es un número muy redondito.
La resaca es mineral jijiji pero se pasa pronto.
Saludos.
☻
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400!! Un número precioso..Entro susurrando por si tenéis «resaca» del fiestón…aunque no creo, con todos esos minerales y vitaminas…
Que color tiene ese mar, Anne!
Besos
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Xibeliuss:
Exactamente.
A veces la lluvia es como un maná caído del cielo que nos purifica.
Hoy ha sido así.
Saludos,
🙂
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Hay ocasiones en las que la lluvia nos llega como una especie de bendición y dan ganas de recibirla así, a cuerpo gentil, dejando que nos empape y nos limpie de todo mal. Esos son días para disfrutar.
Saludos, Anne. ¡400 días!
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