Y como si la naturaleza fuera todavía más sabia de lo que es, cómo si el Universo al completo se hubiera confabulado a mi favor y no en mi contra, hoy, en el día de mi 200 aniversario en este paraíso rodeado de mar, el mar me ha traído un regalo que por extraño es todavía mejor bienvenido.
Y es que aunque estoy acostumbrada a todo tipo de regalos de marea, una montaña de globos de colores se me antoja como un detalle especial, un objeto que llega a Cabo Leeuwin en un momento de epifanía.
Gracias a los cielos, a la luna y sus mareas, gracias a los que dejaron volar estos huevos de aire para que llegaran a mi, no ayer ni mañana, sino justamente hoy.
Anne
Estimada Anne:
Te dejo estos globos llenos de palabras como señal de respeto y admiración, junto con mi deseo de que Cabo Leeuwin sea, siempre, tu paraiso.
Salud, suerte y futuro
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Matias:
Muchas gracias 🙂
Anne
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Feliz aniversario!
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